Hiperpaternidad

Hiperpaternidad

¿Cómo son las nuevas formas de vivir la parentalidad? ¿Qué les ocurre a algunos padres de hoy en día? ¿En que lugar se encuentra “ser padres” en la sociedad actual?

Hace poco escuchábamos a una madre decir que se siente exhausta porque se la exige ser madre, profesora, pediatra, terapeuta… de su hijo. En este sentido podríamos pensar ¿Quién lo exige?

Navegamos en internet y descubrimos cientos de tutoriales con actividades para que los padres hagan con los más pequeños. También encontramos tips, pautas, lecturas, todas las claves para una crianza “con éxito”. Los padres están más informados que nunca. Pero ¿son capaces de conectar con lo que ellos saben por sí mismos, con su intuición, con lo que ellos sienten, piensan o creen?

La sociedad, cada vez más competitiva, se ha polarizado: el pecho o el biberón, la guardería o en casa, escuela tradicional o nuevas pedagogías, y así un largo etcétera en busca de “LO MEJOR”.

No es novedad la queja que los maestros y profesores emiten alarmados sobre la pérdida de autoridad frente a sus alumnos y también frente a los padres. A esta queja se empiezan a sumar otros profesionales que rodean la infancia.

Estos hechos nos hicieron pensar en cómo se vive y ejerce la parentalidad en algunos casos.

Estamos de acuerdo en que ser padres puede ser un arduo trabajo y que la parentalidad ha de construirse poco a poco sobre el vínculo que sostiene la relación entre los padres y sus hijos. Pero, ¿es un oficio en sí mismo? O más bien ¿Es un oficio que pretende abarcar a muchos otros?

Tal vez sí podemos pensar que la parentalidad sea un oficio. SER madre o padre dista mucho de lo que es únicamente TENER un hijo. Es un camino en el que poco a poco el SER tiene que construirse mientras que el TENER viene dado por una cuestión física, y podíamos decir, casi inmediata. En este proceso  las personas pueden ir poco a poco encontrando una nueva faceta de su identidad en este nuevo rol. “Acabo de tener un hijo pero poco a poco me sentiré padre/madre”.

Pero…¿Qué es ser padre/madre? Si es un oficio…¿Qué tareas conlleva? En este sentido podríamos plantearnos ¿cuáles son los límites de la parentalidad? En un momento en el que se cuestionan los derechos y deberes de los niños, y se plantean muchas dificultades para ponerles límites, podíamos pensar también ¿qué pasa con los padres? ¿tienen ellos derecho/deber a todo? ¿cuáles son sus derechos y  obligaciones?

Nos encontramos de un modo cada vez más habitual padres estresados. Son padres que hacen los deberes con y por sus hijos, padres que preparan una agenda de actividades que estimulen y potencien las capacidades de sus hijos en una casi maratón de actividad permanente donde el aburrimiento y el no saber no tiene cabida. Son padres que cuestionan al pediatra, maestro, terapeuta, entrenador… a cualquier otra posible figura de referencia. Pareciera como ese “soy padre/madre” llevara consigo una exigencia de tener que saberlo todo porque sino, cabe la duda de que se pueda cuestionar su valía. ¿Es esto positivo para el crecimiento de los hijos?

Si analizamos esto detenidamente podemos pensar en que del mismo modo que se busca ser “los padres perfectos” también por ende los hijos sienten que han de saberlo todo, cumplir con todo, llegar a todo, “ser perfectos”.

¿Cuáles son los efectos de esta forma de funcionar?

No podemos generalizar ni saber de un modo certero que causas conlleva esta nueva forma de ejercer la parentalidad ya que es algo muy reciente, pero sí podemos ir poco a poco vislumbrando algunas de sus consecuencias si analizamos las dificultades que entrañan los niños de hoy en día.

Nos encontramos con niños a los que les cuesta responsabilizarse de sus cosas porque no las sienten suyas sino de los padres, niños con dificultades de concentración y atención que están sobreestimulados y por ende se aburren casi de forma permanente, niños que cuestionan cualquier figura de autoridad porque se creen con muchos derechos y pocos deberes, niños sobrecargados de tareas y actividades que tienen poco tiempo para jugar, que es su verdadero trabajo, ya que es la forma en la que el niño desarrolla sus capacidades.

¿Qué podemos hacer para parar todo esto?

No pretendemos ser una página más donde encontrar las claves de cómo ser “los padres perfectos” sino que pretendemos abrir un espacio a la reflexión dónde la subjetividad de cada padre/madre y cada hijo tenga cabida.

Tal vez el poder plantearnos ¿cuáles son nuestros límites como padres? ¿Dónde empieza nuestra tarea y dónde la de nuestros hijos? ¿si hay más formas de educar que sean válidas aunque no sea la nuestra?

Esperamos vuestras reflexiones.