Dormir solo? Que miedo!

¿Por qué cada uno debe dormir en su cama?

El tema del colecho es un tema que se está debatiendo en la actualidad y que cuenta con numerosos seguidores y detractores. Desde koan nos gustaria compartir con vosotros nuestra visión y que podamos pensar juntos sobre este tema.

Desde Koan creemos importante abordar el tema del COLECHO. Es más que conocida la frase “El niño tiene que dormir en su cama”, pero ¿Por qué? Cuando llevas tiempo trabajando con Padres te das cuenta de la importancia que tiene para ellos llegar a entender el “Por qué” de las cuestiones que se les plantean y llegar a entenderlo. Si uno no llega a entender los motivos e integrarlos, el cambio deviene imposible. Por ello, planteamos una reflexión acerca de la importancia que tiene que el niño duerma en su propia cama.

Desde el momento del nacimiento Madre e hijo son seres separados y diferenciados, cada uno como sujeto y con su subjetividad. Pero ha de pasar un tiempo hasta que el niño pueda sentirse como ser separado del otro y no como una prolongación de este, en cuyo caso la mayoría de veces es su madre. Esta por otro lado tiene que poder sustentar estar dualidad al comienzo y aceptar a su vez que ese bebé es un ser separado, con necesidades y deseos propios. Es un trabajo que tienen que hacer ambos.

Uno de los modos en los que el desarrollo psíquico del niño es posible es gracias a de tener un espacio físico propio. Como sujeto individual el niño necesita ese espacio. Ese espacio de separación física donde se encuentra como ser diferenciado del otro y que tiene un lugar propio y estable. “Mi” cama se convierte en un lugar de pertenencia y de intimidad.

Por otro lado, la cama de sus padres es distinta, grande y con el atractivo de ser compartida. En ella duermen mamá y papá y es un espacio de relación entre ambos. Esto le produce al niño una gran incertidumbre a la vez que interés. Es un espacio al que él no puede acceder ya que pertenece a sus progenitores y eso hace que se sienta excluído. Esta exclusión, muy lejos de ser un factor negativo aunque le produzca frustración, es la puerta que antecede dos grandes aspectos de su crecimiento psíquico:

  • El comienzo de hacerse preguntas y crear hipótesis a partir de estas. Es un gran momento para la investigación infantil y como consecuencia aumentan la creatividad, el razonamiento, y la capacidad de simbolización.

  • Aprender a tolerar dicha frustración. Esto le facilitará la relación consigo mismo y con los demás de modo que obtenga una mayor seguridad y confianza en sí mismo.

Dormir en la cama de los padres produce excitabilidad por estar en un lugar que debería serle prohibido, desconfianza respecto a los propios recursos donde el niño no puede comprobar su capacidad de estar solo, inseguridad respecto a sí mismo, dependencia en cuanto a la relación… Una serie de conflictos que pueden verse posteriormente en la clínica.

Muchas veces nos preguntamos ¿Cuánto hay de necesidad del niño de continuar apegado al cuerpo de la madre y cuanto hay de deseo de la madre de continuar manteniendo una relación dual con su hijo? Hacemos hincapié en que el trabajo de separación/individuación tiene que ser de ambos.

Crecer significa perder ya que solo así es como podemos aprender a desarrollar nuevos recursos y nuevas maneras de responder ante la vida.