Si quiero… ¿Puedo?
Vamos a replantearnos el dicho popular que tan de moda se ha puesto en estos tiempos.
En la “calle” se entonan frases que van desde el “querer es poder” “Si lo deseas lo suficientemente fuerte se cumplirá” hasta el archiconocido: “porque tú lo vales”.
¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Cómo lo podemos pensar desde otro lugar? ¿Cómo estos “eslogan” pueden contribuir al sufrimiento del sujeto?
Estas ideas nos resultan de lo más atractivas y a primera vista todos podríamos desear que fueran ciertas.
¿Cuál es el mensaje que podemos leer entre líneas? Pareciera que el sujeto tiene derecho a TODO solo por el mero hecho de desearlo. ¿Es esto cierto? ¿Tenemos derecho a todo solo por desearlo? ¿Qué ocurre cuando comprobamos que aquello que queremos con todas nuestras fuerzas no se cumple? ¿Quién es el culpable de esto?
En este sentido el sujeto puede confundirse con estos mensajes ya que pareciera que si lo que él tanto desea no se cumple es porque no lo desea lo suficiente, porque no lo ha intentado lo suficiente o porque de verdad no lo quería. Entonces… ¿Todo depende de nosotros? Es doloroso pensar que NO. No todo depende de nosotros y hay muchas ocasiones que ni aun poniendo todo de nuestra parte las cosas se consiguen.
Algunas situaciones que nos parecen cotidianas y que nos pueden tocar a todos son, por ejemplo: parejas con las que queremos estar, pero ellas por alguna razón no nos quieren, jefes autoritarios a los que raramente es posible complacer, tener un hijo, que nos toque la lotería…
¿Es este un mensaje desesperanzador o pesimista? No lo creemos. A día de hoy en la era del pensamiento positivo tenemos que luchar por abrir un espacio mental al “NO SE PUEDE”. ¿A qué nos referimos con ésto?
Nos parece de lo más omnipotente pensar que nosotros somos capaces de conseguir TODO lo que nos propongamos porque “nos nace”, “lo valemos, o “lo queremos”. Ésto puede llevar al sujeto a “dejarse la piel” (y la vida si nos descuidamos), a enfermar bajo el lema “siempre se puede intentar un poco más, puesto que si no lo consigo es porque no lo deseo lo suficiente o no soy positivo”.
Perseguir los sueños, intentar las cosas, esforzarse, está muy bien. Pero hasta DÓNDE ES POSIBLE. ¿Y dónde está el límite? ¡Qué difícil marcar esta línea!
En el día a día vemos personas sufriendo ansiedad, tristeza, agotamiento… porque siempre se puede intentar una vez más. “Tal vez si en esta cita con él me pongo más atractiva”, “Tal vez si la invito a aquel concierto”, “tal vez si pongo este informe así mi jefe me felicitará” “Tal vez si adelgazo un poco más” “Tal vez si soy más simpático” … y así hasta el infinito.
Tal vez el aceptar que uno lo intentará, pero habrá cosas que no podrá conseguir (otras sí) produce, junto con la sensación de frustración, un alivio enorme ya que no se trata de valer o no valer, ni de no haber sabido desear… sino aceptar que no todo depende de nosotros, que como en aquel juego de niños “no por mucho que agitemos los brazos y nos concentremos podremos volar”. Y no por ello somos menos, sino que somos humanos.
Desde Psyquia acompañamos al sujeto en ese difícil camino entre encontrarse con su deseo y aceptar lo que es posible y lo que no. ¿Qué pensáis al respecto?