El lugar del terapeuta
Muchos pacientes llegan a consulta con el miedo y la desconfianza al silencio del terapeuta. ¿Es leyenda o es cierto? ¿De qué silencio hablamos?: ¿de la ausencia de palabras?, ¿de una frialdad o insensibilidad del terapeuta que permanece ajeno al sufrimiento de quien tiene en frente? Nuestro silencio sólo ha de referirse al silencio de nuestro deseo.
La lectura de esta poesía nos ha hecho reflexionar sobre la posición del terapeuta, tema ampliamente tratado en la bibliografía desde una perspectiva teórica pero que rara vez encontramos descrito de una manera tan sensible.
Detrás del diván
Quiero abrir una ventana, dejar entrar aire que puedas respirar y poder
desanudar la asfixia y anudar el oxígeno.
Quiero que intentemos elegir palabras que puedan transformar el final del
recorrido de tus lágrimas.
Quiero que sea tu voz la que se construya en tu cabeza, la que nombre lo que
piensas y la que firme lo que hagas.
Quiero que juntos apalabremos los fantasmas que atormentan tu paz, o, al
menos, que nos permitan articularla entre sombras.
Quiero que intentemos vislumbrar los miedos, para que elijas si temerles o no.
Quiero acompañarte a caminar, haciéndote con lo que toca hacerte y eligiendo
lo que deseas.
Quiero no querer tanto y situarme en mi lugar, a través del cual veremos, al
ritmo que decidas, que es lo que tú quieres.
Fuente: elfunambolistablog.wordpress.com
El Funambulista nos ayuda a poner en palabras el lugar de nuestro precioso trabajo. Nuestra función de acompañantes silenciosos en la búsqueda del bien del paciente. Ese bien que no es nuestro ni de otros, sino que es propio de cada sujeto. ¿Significa esto que permanecemos mudos? En absoluto. Lo que acallamos es nuestra subjetividad, nuestra moral, nuestro orden de prioridades para que aparezca la del paciente. Para que aparezca cuando ha permanecido oculta nublada por los conflictos, o para que florezca cuando no había podido ser pensada. Es un lugar de humildad, de un supuesto saber que no se sabe, que en un recorrido apasionante transforma a un sujeto que sufre en un sujeto que habla y que sabe.