¿Qué se puede hacer frente a la violencia adolescente llevada al extremo?
Ya hemos comentado en otras ocasiones las particularidades que encontramos en la etapa adolescente y como durante estos años pueden surgir ciertos problemas en los jóvenes. ¿Pero qué hacer con la violencia? Desde nuestra profesión creemos que se pueden hacer muchas cosas. Habrá momentos en que no podamos evitarla y el trabajo sea una buena intervención a posteriori, pero ¿no es más sencillo trabajar a favor de la prevención y la detección precoz?
Es difícil que cualquier persona que haya visto las noticias a lo largo del día de ayer no se sintiera mínimamente conmocionada al escuchar que un alumno de 13 años ha matado a su profesor y herido a varios compañeros y otra profesora en el instituto en el que estudiaba.
Este acontecimiento nos recuerda a una novela americana de 2003, “Tenemos que hablar de Kevin”, de Lionel Shriver, adaptada al cine en 2011 con el mismo título. Tanto la novela como la adaptación reflejan con dureza algunas de las causas que pueden estar detrás de que un chico de esta edad pueda llegar a hacer algo tan doloroso.
Frente a este tipo de noticias, escuchamos como se despiertan multitud de preguntas, pero detrás de todas ellas está el ¿por qué? Es algo que se escapa a la razón, ¡¿cómo alguien tan joven puede hacer algo así?! Es curioso cómo cada uno de nosotros nos enfrentamos a una noticia así. Hay personas que sienten compasión y lástima, mientras que otras lo que sienten está más cercano a la rabia, siendo inevitable que surjan insultos hacia el causante de los hechos. Encontramos un gran repertorio de emociones alrededor, despertando múltiples sensibilidades.
Por ello, nuestra intención no es hacer una valoración del problema ni ahondar en causas exactas sobre el mismo. Cada caso es cada caso, yseguramente detrás de cada uno haya una serie de elementos singulares que lo diferencien del resto.
¿Se podría haber evitado?, ¿qué hay detrás de la violencia adolescente?, ¿cómo ha podido llegar a planear algo así?, ¿está enfermo, es un asesino o es un loco? Estas son algunas de las preguntas que pueden surgir en cada uno.
Nos gustaría centrarnos en la primera. A pesar de que no se puede asegurar a ciencia cierta, la detección y la prevención en estos casos es fundamental. Y para ello lo principal sería la formación de los profesionales y familiares que conviven con los niños y los jóvenes. Si facilitáramos herramientas a los profesores y maestros de los centros educativos parece que se generarían cambios importantes. Al final son los que más tiempo pasan con ellos y los vínculos que desarrollan con ellos son distintos a los familiares, permitiendo una objetividad más amplia. Que puedan utilizar cierta escucha para detectar si los alumnos necesitan ayuda psicológica y/o psiquiátrica ya sería una gran intervención: detectar y derivar para que el profesional correspondiente valore cada caso.
Quizás habría que comenzar con saber acerca de la problemática adolescente. Todos tenemos algo que decir acerca de lo que es un adolescente, pero habría que ir más allá. ¿Qué caracteriza el momento psíquico adolescente?, ¿qué tipo de violencia pueden surgir desde ese lugar?, ¿qué hacer con un adolescente difícil?, ¿cómo diferenciar adolescencia patológica de adolescencia normal?, ¿qué hacer frente a la violencia en las aulas?, ¿qué papel pueden tener el profesorado en estas cuestiones?
Bibliografia recomendada: «¿Cómo trabajar con un adolescente difícil?» de J.D. Nasio