LA IRA DE LAS MUJERES
“La sociedad desalienta la ira de las mujeres y cultiva su culpa, así dudamos de nosotras y nos quedamos en nuestro sitio” dice la psicóloga Harriet Lerner en una entrevista para elDiario.es.
Harriet Lerner (Nueva York, 1944) escribió en 1985 ‘La danza de la ira’, un manual dirigido para comprender y utilizar eficazmente la ira como motor de cambio. Especialmente para mujeres, porque identifica la ira como una emoción casi prohibida para ellas o, al menos, como una emoción que tiende a paralizar, frustrar o asfixiar a las mujeres en lugar de empujarlas hacia el cambio, personal e incluso político, hacia la vida que quieren o necesitan.
Las mujeres que se enfadan y se muestran firmes no tienen buena reputación y muchas veces no gustan. Dice Lerner que la ira no tiene buena reputación y que las mujeres, en general, la consideran una emoción negativa, pero que es una emoción esencial.
La ira nos ayuda a definirnos a nosotras mismas, a decir lo que pensamos y sentimos, a lo que nos sentimos con derecho, lo que queremos y lo que no queremos, lo que haremos y lo que no. La ira nos ayuda a aclarar quiénes somos de lo que los demás quieren y esperan que seamos. Igual que el dolor físico nos dice que quitemos la mano del fuego, el dolor de la ira preserva la dignidad y la integridad del yo.
En consulta nos encontramos muchas veces que las personas tendemos a proyectar nuestra ira en esfuerzos que no nos llevan a ningún resultado esperado en el intento de cambiar a la otra persona, donde se pierde la oportunidad de observar y cambiar nuestra propia parte, en el problema donde uno se queda atascado. A nivel personal es difícil darse cuenta de lo que pasa porque la ira señala un problema pero no se suele saber cuál es el problema real ni con quién o qué se puede hacer. Por eso, a veces, podemos necesitar la ayuda de una persona profesional.
Freud nos abrió los ojos sobre los estragos psíquicos a los que puede conducir un exceso de racionalidad o de represión de las emociones. Uno de ellos, por ejemplo, es el masoquismo, cuando la agresividad que no se expresa hacia afuera se vuelve contra la propia persona; se puede volcar en fantasías o en comportamientos que generan sufrimiento.
Y, Emilce Dio Bleichmar lo concreta y nos habla de la rabia en su libro ‘La depresión en la mujer’. ¿Qué salida queda ante esa represión de la rabia? Las somatizaciones y la depresión. Algunas mujeres se quejan entonces de algún dolor físico, se sienten sin ánimo, se autoculpabilizan y se maltratan con toda esa rabia que tienen contenida: “Soy una imbécil, no sirvo para nada”.
Cuando finalmente acuden a consulta, lo que se constata es que, en efecto, se hallan deprimidas, tienen su autoestima baja, una pobre imagen de sí mismas, entre otros aspectos. Una lectura más sutil mostrará que debajo de ese autorreproche se esconde una gran hostilidad hacia algún familiar: madre, pareja, hijos… Se le diagnosticará “depresión de corte melancólico”, lo que puede significar que la depresión es una fachada que encubre un vínculo en el que predomina el odio.
Podemos decir que la ira y las emociones relacionadas, suministran la fuerza para luchar por lo que necesitamos y en lo que creemos. La ira pude ser un ingrediente escondido en cualquier esfuerzo determinado, incluyendo el deseo de luchar ante una enfermedad, o cualquier otro obstáculo en la vida.
Por supuesto, la ira y las emociones relacionadas también pueden desorientarnos y tienen un potencial destructivo tremendo. No es un accidente que nuestro idioma hable de ataques de mal temperamento, paroxismo de rabia, hervir, perder el control, sulfurarse, convulsionar de rabia, volverse loco, y caer en la rabia. Estas frases enfatizan nuestra creencia originaria de que la ira nos puede poseer, y hacernos sentir fuera de control.
Por otra parte, nosotros también usamos frases que enfatizan cómo la ira nos hace sentir poderosos, como rabia imponente, escupiendo fuego, mostrando los dientes y pisando fuerte. El lenguaje señala las posibilidades contradictorias en el impacto intrapersonal e interpersonal de la ira y las demás emociones relacionadas con la ira.
Ana del Pozo Palomo
Referencias bibliográficas:
Dio Bleichmar, E. (1999): La depresión en la mujer. Ediciones Temas de Hoy. Barcelona.
Lerner, H.: Entrevista para elDiario.es. 21 de marzo de 2023. https://www.eldiario.es/sociedad/harriet-lerner-sociedad-desalienta-ira-mujeres-cultiva-culpa-dudamos-quedamos-sitio_128_10036875.html
Buechler, S. (2015): Marcando la diferencia en las vidas de los pacientes. La experiencia emocional en el ámbito terapéutico. Ágora relacional. Madrid.