HABLEMOS DE NARCISISMO

Hay términos, patologías, que a veces llegan a convertirse en una especie de eslogan para ciertas personas o situaciones en nuestro día a día. Como por ejemplo: “hoy estoy depre” o deprimido cuando alguien se encuentra un poco plof un día; “esta persona es bipolar”, cuando es alguien que puede cambiar de humor con facilidad; y, a veces, puede pasar un poco con el narcisismo.

Para profundizar un poco más en lo que consideramos narcisismo nos vamos a remitir a la literatura clásica, al mito de Narciso.

Fue Narciso un agraciado joven que por su belleza, ya desde su nacimiento, estuvo predestinado por un oráculo; este decía que sobreviviría si no se contemplaba a sí mismo. Durante su vida rechazó las pretensiones de cuantas a él se acercaban. Así le pasó a la ninfa Eco que, de tanto sufrir por el amor de Narciso, adelgazó de tal manera que tan solo de ella quedó un suspiro, una débil voz que repite siempre lo último que oye. Irritados los dioses por el desprecio, castigan al desdeñoso muchacho y hacen que un día, abrumado por la sed, se incline a beber en un fresco manantial y allí vio su preciosa imagen. Embebido por ella, fue a besarla y se ahogó. El oráculo se había cumplido. En el lugar donde murió, nació el narciso.

Freud extrajo de la cultura clásica imágenes y relatos que utilizó: Edipo, Electra, Narciso… pretendiendo ilustrar estos “males del alma” a través de los mitos clásicos.

Los mitos buscan integrar las pasiones que nos desbordan y nos arrastran hacia el desastre, hacia la situación trágica o crítica porque, aun sabiendo que eso es así, nos dejamos llevar. Nos desborda la situación y, a veces, carecemos de alguna envoltura que nos sostenga*.

La historia de Narciso, muestra que el contacto real del joven con el exterior no se produce de manera auténtica ya que, enamorado de sí mismo desde la imagen de su propia belleza, queda ahogado en el espejo del río de su apariencia personal, apareciendo cierta incapacidad para rodearse de amor verdadero. El hechizo que produce en Narciso su propia belleza, no le deja percibir nada fuera de sí mismo. Incluso siendo verdadero que es bello, podríamos considerarlo como una sensación algo inerte, ya que necesitamos ser en relación con los demás, ser en correspondencia para poder auténticamente ser.

Si cogemos ese Espejo como símbolo del narcisismo, podemos considerar la mirada buscada como el espejo en el que nos vamos reconociendo y, por tanto, se va produciendo el desarrollo del yo. El narcisismo tendría que ver con quedarse enganchado en la propia imagen, y así, la relación con otro no existe porque el otro queda convertido en un eco de sí mismo. El otro no es otro diferente de uno, no existe relación objetal, no hay relación entre un yo y un tú.

Narciso busca algo desesperadamente, tanto, que no se puede separar de ahí. Una búsqueda desesperada por una mirada. Esa mirada que le devuelva el ser. Algo que no tuvo en la mirada de la madre (figura de apego principal). Lo que Narciso busca es una mirada que le vea y donde él se reconozca siendo lo que es. De ahí que desde el narcisismo lo que no es posible o muy difícil es la relativización.

A veces, se espera que sea el espejo el que estabilice el humor, devuelva la autoestima, brinde confianza, otorgue el poder, en fin, resuelva los problemas con los que nos encontramos de confianza y bienestar personal, o más bien, la falta de ellos.

Desde Psyquia, proponemos poder acompañar a esas personas que necesiten darse cuenta de esa creencia que tienen de su supuesta inferioridad, desde la que no se tolera falla alguna; fallas que encuentran en sí mismas, pues nadie está exento de tenerlas, lo que las lleva a acentuar sus ideales perfeccionistas que se convierten en metas imposibles de cumplir. Comprender que han transformado su vida intentando no tener falla o falta alguna, para alcanzar entonces el amor de una figura a la que se ha idealizado. Y, poder (re) valorarse, aún careciendo del atributo que las haría dignas de aprecio.

 

* Esto tiene mucha relación con el Ciclo de Formación que desde Psyquia plantemos para este curso que está a punto de comenzar, “Desbordes y envolturas” VI Ciclo de formación : Desbordes y envolturas. El psicoanalista en la consulta. – Psyquia Formación

Ana del Pozo Palomo

Referencias bibliográficas:

Skodol, A. (2019). Trastorno de la personalidad narcisista.