Teoría Queer
Judith Butler es la máxima exponente de la llamada Teoría Queer. Esta teoría critica la diferencia de género como un constructo cultural que nos oprime y del que debemos liberarnos. ¿Qué consecuencias traería el intento de suprimir la categoría de género?
Toda categoría social está construida, en eso estamos de acuerdo y por supuesto todo es deconstruible como tal. Pero reconstruir las categorías tiene su riesgo si no se reemplazan por otras. ¿Puede el ser humano vivir y ordenar el mundo sin dichas categorías o se encontraría con la nada? Es más ¿Que ocurriría si desapareciese el constructo de género? En este sentido, Butler abre la posibilidad del género y nos preguntamos si ¿No estaría vaciando a la concepción de genero de su contenido?, si es así ¿Cómo nos construimos a través de un concepto que está vacío?
El genero es un conjunto de rasgos identificadores que permiten reagrupar una serie de individuos en patrones que constituyen un sistema de oposiciones. Es un sistema finito y limitado en el que se encuentran Hombre y Mujer. Es un código que forma parte de un sistema estructural. Hay que dejar claro que como género no estamos hablando de identidad o deseo sexual aunque estén íntimamente relacionadas, sino de cualidades que tienen que ver con la realidad objetiva.
Odiamos las categorías porque chocan con la idea que tenemos de nosotros mismos acerca de sentirnos únicos. Sin embargo esas mismas categorías nos son necesarias para construir nuestra realidad e identidad. En la adolescencia por ejemplo, los jóvenes se unen a cualquier grupo que concuerde con su identidad y su modo de pensar porque necesitan sentirse parte de algo, pudiendo así identificarse con patrones ya establecidos. En la infancia también es característico como identificándonos con nuestra progenitores y familiares podemos ayudarnos a construir un mundo que aparece con la percatación de las diferencias. ¿Como construir nuestro mundo sin esas diferencias?
Sin categorías ni palabras que las nombren, el mundo Real se impone sobre nosotros siempre de un modo caótico, distinto e irrepetible. El modo que tenemos de ordenarlo es a través de significar nombrando esa realidad. El problema aquí surge en que no habrá significados sin categorías con las que uno se identifique o se oponga. Lo cultural es lo que se opone a lo Real y nos da opciones de salida a través de la simbolización. Por supuesto que quizás habría que buscar categorías que se adapten más a nuestra moral y ética cultural, pero parece que eliminar todo constructo sin sustituirlo por otro más adecuado nos pondría inmediatamente frente a un caos insoportable. De hecho lo que le falta a la persona enferma psíquicamente es esa construcción simbólica que media con el mundo exterior y al encontrarse con lo Real sin intermediarios, la psique no lo puede soportar y se rompe.
Quizás lo que presenta la señora Butler tenga que ver con lo que cuesta actualmente aceptar las diferencias. Desde el “Usted “ entendiéndolo como algo referido a la vejez y no al respeto, hasta lo que es distinto entendido como peor en lugar de diferente y por lo tanto situado en otro plano. En el fulgor de la equivocada idea de “igualdad” lo que se trata de hacer es crear una Neolengua que excluya de todo su dolor de la diferencia. Sin embargo es entre la identificación y la diferencia donde uno se reconoce. ¿Cómo nos reconoceremos entonces sin la diferencia de género?