Reseña. La privacidad a día de hoy
Tras el último reality de cuatro «Adan y Eva» nos paramos a pensar sobre los límites entre lo público y lo privado y su impacto en la psique humana.
Tras la ultima propuesta de la cadena Cuatro en reality show con “Adan y Eva” nos planteamos cual es el límite de lo público y lo privado en la sociedad actual. Vivimos en un mundo en el que tanto la televisión como las nuevas tecnologías promueven el dar a conocer cada vez con más detalles cada segundo de lo que acontece en nuestras vidas colocándonos de manera alternativa en exhibicionistas o voayeres de lo que acontece. Pareciera que el pudor o la represión son algo a extinguir por considerarse del lado del tabú o la moral.
Parece que en este momento “todo vale” y cuanto más bizarro mejor. Aparecen valores como la incultura, el materialismo, el consumismo, los protagonistas se exhiben como si fueran objetos de consumo, se deshumanizan y su subjetividad queda aplastada por los índices de audiencia.
¿Qué papel juega la represión en el pensamiento humano? ¿Qué repercusiones puede tener en la psique humana el difuminar o eliminar la barrera entre el adentro y el afuera? ¿entre lo público y lo privado? ¿Por qué en el saber popular se oyen frases como que estos programas “idiotizan” o impiden pensar?
La desnudez y la sexualidad venden, las escenas más excitantes y esperadas de los realitys suelen tener que ver con besos, lios amorosos o relaciones bajo el edredón.
Si nos remontamos a la infancia podemos ver al niño que fantasea con qué harán los padres cuando cierran la puerta del dormitorio. Gracias a que la puerta está cerrada él puede elaborar numerosas fantasías y teorías acerca de lo que allí ocurre y elaborar sus preguntas. Casi con la misma inquietud pareciera que el espectador se muestra de lo mas interesado frente a las habituales escenas de “edredoning” de los realitys ¿Cual seria la diferencia entre el pequeño investigador y el espectador?
La diferencia a nuestro juicio podemos encontrarla en el grado de privacidad y lo explicito de los acontecimientos. Tal vez ese niño, ese pequeño investigador puede generar teorías y echar a volar la fantasía gracias a que no VE de manera explicita lo que ocurre en esa habitación, es decir, que gracias a que NO sabe puede atreverse a querer conocer y poner en marcha su maquina de pensar. Pareciera que el hecho de conocer directamente y ver lo que ocurre impidiera poder pesar y por lo tanto podríamos decir que lo explicito “mata la fantasía” y por lo tanto el pensamiento. ¿Tendrá que ver todo esto con que se haya disparado la tasa de fracaso escolar, con las dificultades de aprendizaje o que a los adultos cada vez les cueste más fantasear y busquen respuestas rápidas, inmediatas y concretas?
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Biblio. «Saber y no saber. Curiosidad sexual infantil» Mariela Michelena